Este nunca lo respondí, sabiamente intuí que podía ser un arma de doble filo, incluso en una de esas sesiones de mensajes de texto preguntaste si tú reunías los requisitos del AMIGO, y yo que soy generosa con los afectos y no me saboteo el cariño, respondí “Toditos”. Y quise que me retribuyeras diciéndome que yo si llenaba todos los casilleros, tù muy inteligentemente (muchas veces lo eres) me replicaste: Casi todos.
Me gusto esa respuesta, por absurdo que parezca como que no quiero llenarle todos los requisitos a nadie.
Y entonces hoy, con tu humor de guevoncito de 22, me acordé del santo mantra, y realmente, pase de la incertidumbre de tu silencio, literalmente a la arrechera máxima por lo elemental de tu actitud, y osar incluirme en tu cotidianidad de falta de humor. No me jodas….
Muñeca idolatrada mía, son las 10 de la noche y no hago más que pensar en ti… Quisiera hacerte saber una especie de mantra que tengo desde hace al menos diez años y, al leerlo, comprenderás por qué te dije esta tarde que tu presencia llenaba muchos casilleros de mi cuestionario personal. Es más o menos así: – «Ojalá pudiera conseguir, antes de que sea demasiado tarde, una mujer que me acepte por lo que soy y me permita aceptarla por lo que es.”
Imposible aceptarte desconsiderado y patán, cuando vendiste otra imagen, ahora se comprenden muchas situaciones de tu vida.
– Ojalá pudiera conseguir una mujer que no vea en mí ni una tabla de salvación ni un redentor inexistente.
Nunca busque redentores, ni tablas, no me he sentido ahogada jamás, tu por el contrario si lo parecías, en lo que se refiere al tema sexual/emocional, sino era más fácil pagarle a una puta de esas que dices que son desoladoras.
– Ojalá pudiera conseguir una mujer que sea casada, que le interese la discreción, una mujer a quien no preguntaría por qué hace lo que hace, con tal de que me amara y me dejara amarla, sin pedirnos nada a cambio.
Este es un casillero facilísimo de llenar hasta el estado civil, pero el verbo amar te ha quedado muy grande.
– Ojalá pudiera conseguir una mujer que no quiera cambiarme la vida, que no quiera sermonearme sobre mis problemas, una mujer risueña y sensual, una mujer segura de sí misma y amistosa, una mujer que fuera para mí un refugio, una mujer que no me acose, una mujer ante quien me sienta inerme, desamparado para permitirle protegerme, una mujer para quien yo pudiera ser un compañero sigiloso, oculto, un amigo que la mira desde la oscuridad, unas manos prestas a acariciarla, una boca sedienta de besarla.
Este es el quid del asunto, es el casillero más importante, el que para mí concentra al AMIGO.
– Ojalá pudiera conseguir una mujer cuya vida no sea un montón de pedazos, una mujer que si me llegara a necesitar fuera por el llamado perentorio de su carne y por la ternura de su corazón, una mujer a quien solo le bastara nuestra mutua presencia, sin exigencia alguna, sin ilusiones vanas, sin proyectos inmediatos, sin negociaciones fútiles.»
Era solo eso lo que buscaba de ti, y ni por eso cumpliste con las mínimas reglas, códigos de comunicación y educación básica. Ese es, de alguna manera (aunque el modo en que está dicho acabo de elaborarlo al correr de la pluma), mi mantra desde hace, ya te dije, unos diez años. Sobran, por ahora, más palabras: si me ilusiono contigo no es para que cambies mi vida, ni me redimas de mis dolores y tristezas, sino porque coincides tanto con mis palabras. Te espero con ansiedad y con ternura. ………….
Pura paja …
Qué bueno que tengo ya varias páginas de estos señores, que tarde o temprano terminan desapareciendo de mi vida.
En tu caso, ha sido lo más extraño, o lo más natural?? No sé ni siquiera como calificarlo, y sabiendo que se me pasara, porque así es, hoy me duele, como siempre duele, cuando alguien te acaricia rico por un momento, y no deja que el asunto decaiga, sino que de sopetón te quitan la alfombra y caes, cual pendeja.
En este caso, que bueno que se disfrutó completito el cuento, cortico pero consistente.
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