«El escritor venezolano Francisco Massiani recuerda desde su casa en La Florida, Caracas, el día que fue invitado por Julio Cortázar a pasar una tarde en su apartamento parisino, en el año 1969» . Juan Carlos Carrano H.
Francisco Massiani nació en Caracas (1944-2019). Su primera novela, Piedra de mar, es una referencia de la literatura venezolana, a cincuenta años de su primera edición. Pancho, Premio Nacional de Literatura, en reconocimiento a su trayectoria y a la influencia que su obra ha ejercido durante más de cuatro décadas sobre varias generaciones de escritores y lectores, era novelista, cuentista, músico, dibujante y amante de los deportes, en especial del fútbol.
La adolescencia, el amor y el fracaso serán los grandes temas de Massiani a lo largo de su producción narrativa, aunque también abordará entornos fantásticos y oníricos en algunos de sus relatos más singulares.
Para dar con el amor
Para dar con el amor
es preciso conversar con el silencio.
Caminar sobre las palabras
con zapatillas de seda.
Trepar por los peldaños
del tiempo
y llegar hasta el final de la escalera
caer al abismo:
La arena más sólida y pura.
En el año 2010 Juan Carlos Carrano H. realizó el video » El día que no conocí a Cortázar», en el cual nos muestra a Francisco Massiani en la intimidad de su casa, de su habitación, relatándonos anécdotas de su vida. Desde el espacio donde trabaja y vive Pancho Massiani, con voz memoriosa, va cavilando en situaciones tan humanas y honestas como las letras que nos ha regalado en sus años de vida.
Entrevistamos a Juan Carlos Carrano H. a propósito de este hermoso video y testimonio de uno de los escritores más importantes de las letras venezolanas. Juan Carlos vive en Barcelona, España, donde realizó un postgrado en Montaje Audiovisual y trabaja en distintos proyectos documentales, la presentación de un poemario, etc.
¿En qué proyectos estás involucrado actualmente Juan Carlos?
Ahora estoy culminando Judas, un largo documental de realización colectiva sobre un bar clásico del Barrio Gótico y Fargas, un corto documental sobre una chocolatería, ambos sitios acá en Barcelona; y varios proyectos de cine experimental. Los dos primeros tratan temas de gentrificación¹ y minorías, y los experimentales son una búsqueda sobre la pérdida del recuerdo y de la materia electromagnética.
Tristeza
Tristeza cojaadelantada a unos pasos de míTristeza que busca la mesa más arrinconada de caféaparta la silla como para una vieja amantey se sienta y acoda la cabeza en el ángulo más solo.Tristeza perruna melancolía.Tristeza de todos los días a las seis de la tarde de todas las hora los domingos
Sobre Piedra de mar: “Simón Alberto Consalvi, por quien siento un gran cariño, estaba encargado por aquella época del INCIBA, y decidió crear la Editorial Monte Ávila a finales de los años 60. Entonces él me preguntó si yo tenía una novela corta, fresca, juvenil. Yo lo oía. Él era el jefe del INCIBA. Le dije que sí. Pero era mentira. Yo tenía una novela llamada El veraneante, muy autobiográfica; una obra nostálgica, de mis años en Chile. Pero no tenía pensado escribir Piedra de mar. No sé por qué le dije que sí a Consalvi, que tenía una novela corta, juvenil y muy fresca. Pero así fue. De manera que luego de hablar con él sobre esa novela que no existía, salí corriendo a mi casa a escribirla. Se me ocurrió en el instante en que hablaba con él. Tardé año y medio, escribiendo como un loco, y la terminé. Pero te juro que fue hablando con Consalvi cuando vi la novela. Es la purita verdad.”
Francisco «Pancho» Massiani.
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¿Que importancia tiene para la literatura venezolana Francisco Massiani?
Piedra de mar de Francisco Massiani, desde su aparición en 1968 hasta la fecha, no ha dejado de cautivar a miles de lectores que hallan en sus páginas un espejo de sus alegrías, temores y audacias adolescentes. Pero además de esta novela, sus otras narraciones y poemas cuentan también con la suficiente dosis de ternura, gracia y desnuda sabiduría como para alojarse por largo tiempo en la memoria emocional de quienes han hecho de estas páginas una compañía entrañable. La obra de Massiani es a la literatura venezolana lo que el rock & roll es a la música del siglo XX: un rebelde frescor de alegría y sencillez, de sensualidad y poesía, que ha dejado una estela en la que muchos autores venezolanos aún se reconocen. Los libros de Massiani conservan el secreto de la eterna juventud. Eso explica acaso su permanencia en el tiempo y su impronta en la literatura de un país que aún pareciera debatirse entre la juventud y la adultez, con esa mezcla de dicha, estupor e inocencia que Massiani ha sabido recrear con eficacia literaria.
Luis Yslas , para : https://queleer.com.ve
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Camino
Aparece tu cuerpo viniendo hacia mí
y ya creo que has llegado y que
te has ido
como si tú pudieras ir
y venir
con sólo mirarme
apenas si me miras un poco desde allá
desde donde tú estás
hacia donde yo estoy
y ya puedes ir y venir
no habrán calles ni plazas ni
esquinas ni semáforos ni relojes
ni venir ni
llegar
apenas tu cara y a mi lado
llenas la llegada y la venida y
la partida
con tu cara llenas mi lado
del lugar donde tú estás
donde los relojes son de espuma
ni calles ni esquinas ni pasos
hay un tiempo que viene y va y regresa ya antes de llegar y
llega antes de partir
cuando apenas asomas tu cara
desde donde tú estás
tu cuerpo viniendo hacia mí.
Notas:
Poemas de Francisco Massiani
Fotografías de Juan Carlos Carrano Henríquez, a quien agradecemos por el hermoso material cedido.
- El termino «Gentrificación» es una adaptación adecuada al español del término inglés gentrification, con el que se alude al proceso mediante el cual la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor.
Material de Consulta:
http://revistamarcapasos.com/6442/que-viva-pancho-massiani/
https://queleer.com.ve/2013/04/01/massiani-nuestro-por-juan-carlos-mendez-guedez/
https://gpcaracas.wordpress.com/2010/07/29/los-milagros-de-massiani/
Haz clic para acceder a 89261.pdf
https://www.youtube.com/user/carrano88
Adriana G
[…] https://multisapidas.wordpress.com/2016/09/15/9291/ […]
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