Larissa Molina está por graduarse de psicólogo, es venezolana y hace ya casi tres años se mudó a Valencia-España con su familia. Recientemente abrió en Instagram una cuenta con contenido que trata temas de psicología, tips de organización y métodos de estudio, etc. Se llama Psicomodesta y propone una visión integrativa de la psicología. Su lema: compartir, modestamente, las competencias que hasta ahora viene desarrollando.
Uno de sus últimos post “Positivismo tóxico”, con el cual nos sentimos identificadas, y el contenido general de la cuenta, nos animó a entrevistar a Larissa.
M: Larissa ¿Cómo y por qué Psicomodesta?
L: Psicomodesta es un pequeño proyecto que tenía en mente desde el año pasado. Cada vez se ve más y más que las personas se exponen en las redes sociales para compartir sus conocimientos, su forma de vivir y ver la vida y hasta para de alguna forma familiarizarse y adentrarse en el mercado laboral. Así, después de varios meses pensándolo, a finales de enero de este año decidí abrir mi propio espacio, donde pudiera compartir, modestamente, sobre lo que tanto me apasiona: la psicología.
Mi objetivo es dar a conocer muchos aspectos relacionados con la psicología, abriendo un canal de información en el que se hable de la salud mental sin estigmas, desde una perspectiva de estudiante y – muy pronto – de profesional. Mi visión de la psicología le da mucha importancia a la salud mental, pero no sólo como “enfermedades mentales” porque va un poco más allá de eso, tratando temas de actualidad y de diversos ámbitos.
M: En uno de tus post comentas que es hora que el mundo se abra a la psicología y a la terapia. ¿Consideras que el estigma aún persigue a los psicólogos y a quienes acuden a ellos?
L: Sí considero que aún existe un estigma con respecto a la psicología y los psicólogos. Solamente preguntémosle a nuestros seres más cercanos si ellos piensan en ir a terapia en algún momento de sus vidas.»¿Para qué?» Quizá sea una de las respuestas o “sólo cuando me vuelva loco/a” podría ser otra.
Aún en la actualidad se piensa que el psicólogo solo trata “enfermedades mentales” y también se piensa que está mal visto decir que vas al psicólogo porque dirán que “estamos locos” o que “tenemos problemas”, cuando la realidad es que sí, todos tenemos problemas, pero a veces nos empeñamos en ocultarlos o disfrazarlos. Sin embargo, como he escuchado varias veces: si nos duele una muela vamos rápidamente al dentista, o si nos hacemos daño en la rodilla vamos al traumatólogo. ¿Entonces por qué no vamos al psicólogo cuando no nos sentimos bien con nosotros mismos, se nos presenta alguna dificultad en nuestras vidas, o no nos estamos llevando bien con nuestro alrededor?
M: Has tocado temas como el ego, los trastornos de conducta alimentaria, la positividad tóxica y trastornos mentales ¿Cuáles son los intereses profesionales de Larissa Molina y cuáles los objetivos de Psicomodesta?
L: Hace un año que me encuentro pensando sobre mis intereses profesionales y me di cuenta de que me gustan muchas (quizá demasiadas) cosas de la psicología, hasta el punto de la indecisión. Me gustaría mucho atender personas en consulta, pero aún no sé bien a qué tipo de población dedicarme. Por ejemplo, los Trastornos de la Conducta Alimentaria son algo que me llama mucho la atención, al igual que las adicciones u otras patologías como la depresión, que es tan incapacitante en la vida de las personas y que se cree que no tiene “cura”, pero esto no podría estar más equivocado. Sin embargo, también hay otra parte de mi a la que siempre le ha interesado el ámbito penitenciario y criminal, y para eso está la psicología jurídica o forense.
En cuanto a Psicomodesta, por ahora mi objetivo es compartir un poquito de cada cosa, dar pinceladas sobre distintos temas de interés que estén relacionados con la psicología y así crear un espacio para reflexionar y debatir sobre ellos.

M: ¿Cómo has llevado la cuarentena y el distanciamiento social? ¿Crees que ha sido un tiempo valioso para que la gente conecte con contenido y actividades realmente valiosas y de calidad o, como lo planteaste en un post, la inmediatez, la ansiedad por las consecuencias de la cuarentena, etc., le han ganado la partida a la selectividad?
L: La primera semana y media no la llevé nada bien. Me puse muchas cosas que hacer (objetivos) pero no hice casi ninguna y por esta razón me sentí muy mal. Sin embargo, está bien que no haya querido hacer nada, ya que era un momento crítico de adaptación y de entender que no tenía el control de la situación (pandemia) y también tenía que aceptar la incertidumbre que eso conlleva. Sin embargo, poco a poco pude ir incorporando cosas que quería y que tenía ganas de hacer. Además, debo decir que las clases online (Universidad) me ayudaron mucho a darle estructura a mi día. Comencé a hacer ejercicio en casa. Empecé a leer. He visto muchas series y películas. Todas son cosas que me gusta hacer. Y poco a poco, con el apoyo de mis seres queridos, he podido hacerle frente a todo esto.
Sí se puede considerar un tiempo valioso para que la gente conecte tanto con contenido valioso y de calidad como también para conectar con uno mismo. ¿Qué me gusta hacer? ¿Por qué y con quién? ¿Qué es realmente importante en tiempos difíciles? ¿Qué tengo que agradecer? ¿Qué puedo hacer por mi mismo y por los demás?
La era de la inmediatez está aquí y no creo que se vaya por un buen tiempo. Por eso es nuestro deber darnos cuenta e intentar no caer en sus trampas. Lo que yo creo que hizo la pandemia es ayudarnos a reflexionar y cuestionarnos un poco la manera de llevar nuestras vidas y lo importante que es la salud a nivel nacional (e internacional). Solo espero que todos esos pequeños aprendizajes, sean los que sean, no se pierdan una vez vayamos volviendo a la nueva realidad.
M: ¿Qué opinión te merece el coaching, los influencers, la influencia positiva o negativa que pueden ejercer en las personas?
L: El coaching es una disciplina, que según la Asociación Española de Coaching “no atiende patologías ni enfermedades” y que “tienen clientes, pero no pacientes”. También se dice que su objetivo es “mover a la persona hacia sus metas”. La verdad es que suena bien, no tengo nada en contra de eso, ya que dejan las cosas claras. Sin embargo, el movimiento coaching muchas veces se hace pasar por psicología cuando está claro que no es así, y también sucede al revés. Por ejemplo, una persona que se siente estancada con su vida decide ir al psicólogo, y este, si es un psicoanalista por ejemplo, buscará indagar en su pasado para ver si hay algo que pueda estar relacionado con este sentimiento. Sin embargo, la persona no está dispuesta a abrirse ante el psicoanalista contándole cosas personales. No quiere trabajar lo profundo. En el otro caso, hay coaches que no detectan cuando uno de sus clientes de verdad necesita ayuda profesional porque se trata de un problema de salud mental. Por eso lo que yo pienso es que cada quien tiene que saber sus límites y respetar el trabajo del otro.
En cuanto a los influencers, las personas los siguen en redes sociales porque les gusta la vida que llevan o lo que transmiten. Sin embargo, muchas veces estos influencers, sólo nos dejan ver el lado positivo de sus vidas (y aquí podría entrar la positividad tóxica), y a veces hasta dan consejos o tips de nutrición, salud o belleza cuando no tienen ninguna formación para hacerlo. Nuevamente, hay que conocer los propios límites y también tener mucho cuidado con lo que se muestra cuando se tiene una gran audiencia.

M: ¿Cómo llevas ser inmigrante? ¿Cuál ha sido el mayor reto de adaptación y de qué herramientas te has valido para ayudarte en el proceso salir de Venezuela e instalarte en España?
L: Es difícil. A pesar de estar profundamente agradecida por tener la oportunidad de vivir en España y poder continuar aquí mis estudios, siempre hay cosas que uno extraña de su país. Yo siempre digo que es una balanza. En ciertos momentos pesan o valen más unas cosas que otras. Cambian las prioridades. Pierdes y ganas al mismo tiempo.
Vivir en un país donde puedas caminar tranquilamente a la universidad, usar el metro un viernes en la noche o hacer ejercicio en el parque es excelente y te da vida, pero en otras ocasiones te encuentras con situaciones en las que mantenerse económicamente es difícil, extrañas a tu familia y a tus amigos y no te relacionas de la misma manera con las personas como en tu país.
Mi mayor reto de adaptación podría ser el hecho de crear el mismo tipo de amistades que tenía en Venezuela. Aquí me cuesta un poco más relacionarme con los demás y tener a esa relación cercana que tanto disfruto. De hecho, muchas de mis amistades cercanas aquí son amigos venezolanos que también se han venido.
Mis herramientas han sido el apoyo de mi familia, sobre todo mi mamá que está aquí conmigo, y también el hecho de poder hacer lo que me gusta, que es formarme en psicología. Muchas veces busco crear momentos que sé que voy a disfrutar, ya sea saliendo a pasear, haciendo ejercicio, merendar o desayunar fuera de casa… La verdad es que he aprendido mucho tanto de mi misma como de mi entorno, y quiero seguir haciéndolo.
https://www.instagram.com/psicomodesta/?hl=es
Adriana G
