Comunicación en el liderazgo

Es frecuente que los líderes me digan «pero si yo me comunico mucho con mi personal, no entiendo por qué trabajan tan mal«, cuando les pido que me describan cómo se comunican, por lo general me responden «les vivo diciendo cómo hacer las cosas, les explico, pero parece que hablara en chino, yo les digo una cosa y ellos hacen otra» «me quedo sin voz de tanto repetirles lo mismo«. Cuando se les pregunta qué responden ellos cuando tú les explicas, afirman: «se quedan callados«. Es interesante que se les pase por alto, la concha de mango que pisan, una y otra vez, cuando intentan comunicarse.

Comunicar no es sólo hablar ni dar instrucciones, me atrevería a decir que esto es la parte menos importante de un verdadero proceso de comunicación. Comunicarse de verdad requiere prestar atención plena, a lo que se dice, como, cuando, a quién y en donde se le dice, qué te responden, cómo te lo responden, el lenguaje corporal, las palabras, los silencios, etc. Comunicarse realmente pasa por sentir, sinceramente, que el otro es importante y estar dispuesto a dedicarle toda la atención necesaria. Como podrás ver, comunicar no es solo dar instrucciones, ni hablar. Comunicar es establecer un verdadero y consciente vínculo con el otro.

Visto de esta manera comunicarse se convierte en algo complejo para el líder. Desde la perspectiva de un jefe tradicional, la cosa se reduce a: Yo mando y tú obedeces. Lo complejo para este jefe es que el otro entienda sus instrucciones y que las cumpla, bajo la amenaza de pagar las consecuencias de no ser así. Pero para un líder la cosa es más compleja, y si bien comunicarse correctamente requiere de tiempo y voluntad, los resultados, traducidos en mayores niveles de conciencia compartida, merecen la pena.

Un verdadero líder construye alianzas, siembra buena voluntad, estimula la confianza y fortalece el compromiso, pero todo esto requiere dedicación y con frecuencia los jefes están ocupados en tareas operativas que no saben cómo delegar y el tiempo se les hace escaso para llevar a cabo las acciones claves del liderazgo. También he vistos casos de jefes poco motivados para invertir su energía, en el esfuerzo que requiere ser un buen líder.

La gente quiere ser tomada en cuenta, escuchada, quiere participar, no ser meros receptores de instrucciones o ejecutores de las decisiones que otros han tomado. Cuando un líder faculta para la autonomía, se le hace fácil compartir el liderazgo en la toma de decisiones, ya que se ha asegurado de estar respaldado por un equipo de alto desempeño y alineado con una visión compartida. Quizá este nivel de funcionamiento requiera más esfuerzo por parte del jefe, pero a la larga le deja mayores beneficios y satisfacciones.

He preparado un acróstico con la palabra COMUNICA para dejarte 8 consejos para la buena comunicación en el ejercicio del liderazgo:

CConstruye alianzas integrando las diferencias
OOfrece oportunidades para la participación
MMantén una escucha activa que demuestre interés sincero
UUtiliza positivamente los aportes y sugerencias de los colaboradores
NNeutraliza tus actitudes personales que afecten la buena comunicación
IInterésate en la gente y sus necesidades con sinceridad
CCorrige los comportamientos equivocados sin afectar la autoestima
AAprecia el trabajo bien hecho

Lucia Galota

Especialistas en investigación de patrones de éxito en las empresas. Consultores de talento humano. Tlf. 0414-7299169.

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