“Caracas, Caracas,
Yo te canto noche y día
Para que mejores tiempos
Te perfumen de alegría” (Un solo Pueblo)
Que lo diga una caraqueña pudiera no tener tanto mérito, pero eso no es así, caraqueño que se aprecie defiende su terruño como cualquier otro nacido en Maracaibo, San Juan de los Morros, Caripe, Guasipati, Bocono, Pampatar y la Colonia Tovar, pues todos somos venezolanos. Lo que si no tiene discusión es que la Capital de la República desde hace mucho tiempo ya, es Caracas, y no hay quien no se resista a visitar la capital por el motivo que sea.

Escuché a Valentina Quintero comentar que un turista le dijo que Caracas es la ciudad de los jardines colgantes, a ese visitante le llamó la atención la vegetación de los balcones caraqueños, y es así, por donde se vea hay una planta en las barandas, comercios, quintas y casas de la ciudad como complementando el Ávila, que es nuestro marco de referencia. Sin entrar en detalles, no hay como no respirar profundo y pelar los ojos cuando el cerro se atraviesa en nuestra mirada, es un placer sublime, que solo quien lo vive lo entiende. Para esto no hay que ser caraqueño, el encanto recae sobre cualquier mortal y extraterrestre que pose su mirada en el Waraira, e inhale.
Caracas está llena de caminos verdes, los caraqueños sabemos cruzar las montañas para escapar del infernal tráfico y llegar al destino bordeando nuestras hermosas montañas. No hay más que atravesar la Cota mil para entender de que se trata Caracas.

“Voy de petare rumbo a la pastora
contemplando la montaña que decora a mi ciudad” (Ilan Chester)

Yo Patiplumeo® Caracas casi todo el tiempo por la montaña, viviendo en el sureste de la ciudad disfruto de muchos caminos verdes y varios miradores, de esos en que la gente se para a tomar fotos panorámicas de la ciudad, un selfie, o mejor aún, enamorarse. En el mirador de la Alameda es muy común ver a las parejas, en lo que yo me supongo dos escenarios ideales: O le están declarando su amor oficialmente, o se están reconciliando. Que mejor testigo que el Cerro El Ávila, con la metrópoli a sus pies, ¿quien se resiste a tan agreste vista? Yo sucumbiría en cualquiera de los dos casos.
“Y es que yo quiero tanto a mi Caracas
Que mientras viva no podré olvidar
Sus cerros, sus techos rojos, su lindo cielo
Las flores de mil colores de Galipán” (Simón DIaz)
Sonia María
Caracas: para ejercitarse al aire libre

Caracas ha tenido mejores momentos, años abundantes en los que creció desaforada, sin orden ni juicio. La falta de implementación de óptimas políticas públicas en los últimos años (servicios, seguridad, ornato y limpieza, planificación y urbanismo, desarrollo cultural y deportivo, etc.), le han desteñido su glamour y han mermado su espíritu parrandero. Pero el ciudadano Caraqueño es fiel a su estirpe, es bohemio, bonchon, culturoso, cosmopolita, faramallero y activo. En esta ciudad, a pesar de sus pesares hay de todo, para todos y mucho verde donde mirar, recrearse y ejercitarse.

Caracas se ha convertido en un gran gimnasio a cielo abierto. Plazas, parques y hasta grandes avenidas se han convertido en lugares donde ejercitarse o pasear al aire libre. No en vano durante todo el año hay gran número de eventos deportivos que cuentan cada vez más con un alto índice de participación: Carreras, Caminatas, Maratones y Clases especiales a cielo abierto donde el caraqueño participa y hace ciudad. Pasemos revista por algunas opciones.
Sin duda alguna nuestro “cerro” es el lugar por excelencia para oxigenarse y hacer un buen ejercicio cardiovascular. El Cerro El Ávila, el borde verde que nos contiene, no solo alegra diariamente nuestra vida con sus majestuosos amaneceres y atardeceres, de cielo azul brillante y guacamayas surcando su horizonte, El Ávila siempre ha resultado la opción natural del caraqueño para ejercitarse o ir de excursión. Existen varios puntos a lo largo de su falda para subirlo, como decimos acá, La Julia, Sabas Nieves, Chacaíto, Cachimbo, Los Venados, etc. Y varios puntos donde llegar y relajarse, bien para continuar o bien para devolverse: El Banquito, No te apures, La Piedra del Indio, Pico Oriental, entre otros. Es la opción privilegiada para sacudir el cuerpo y el alma.
Paseo Los Próceres: siempre un excelente espacio recreacional, con los años ha sido remozado y acondicionado especialmente para caminar, trotar, patinar, manejar bicicleta, o utilizar el gimnasio al aire libre sin costo alguno.
Parque del Este: es un lugar por excelencia para hacer deportes al aire libre. Una caminata, trote, yoga, patinar, manejar bicicleta y hasta clases de Artes Marciales y Capoeira, encontraras en sus espacios
Parque Los Caobos: uno de los parques más antiguos de la ciudad, cuenta con un gimnasio que es aprovechado por los caraqueños que han retomado la costumbre de visitar el parque para ejercitarse. Igualmente encontraran actividades deportivas y recreativas en la Plaza Los Palos Grandes, El Parque del Oeste, Parque La Trinidad (Parque Vizcaya) y La Cota Mil o Avenida Boyacá: gran arteria vial caraqueña que los domingos de 6:30 a.m. a 1:00 p.m. cierra al paso vehicular para usarse recreativamente. Una opción familiar para patinar, caminar, trotar, manejar bicicleta o pasear a sus mascotas.


Adriana G.
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#455 #Caracas
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