
Me disponía a comentar en mi grupo del chat la contemplación de las estrellas, que había tenido en la madrugada con mi hija, cuando ingreso al celular, me encuentro con un video de la Orquesta Filarmónica de Houston, aclarando el contexto, el Director es Glenn Garrido, zuliano, ingeniero civil y PhD en música y dirección musical. En bachillerato tocaba trompeta en un mariachi para ayudarse con los estudios. Su hoja curricular como músico es sorprendente. Y sorprendido quedó él cuando escuchó la pieza que no sabía que iba a sonar, toda una sorpresa para el maestro. ¡Una gaita zuliana!
Y pincho play, para que fue eso, se me hizo un nudo en la garganta, se me nublo la mente, sin querer estaba llorando. No miento, fue literal, tengo muchas razones para conmoverme con esta gaita, en la distancia las emociones se descontrolan. Así lo manifesté en el grupo de cuatro amigas entrañables, tres de nosotras tenemos vínculos estrechos con el Zulia, Lucy hizo su carrera y su doctorado en Maracaibo, en URU, yo, entre muchas cosas, me unen, dos hermanos maracuchos, un hijo formado en LUZ, y amo la gaita. Patri quien es la adepta más reciente, nos ganó de plano, se enamoró de un marabino autóctono, se lo llevó para Madrid, y están felizmente unidos.
Fue a ella a quien le dije que le pusiera el video al consorte y nos contara su reacción. Textualmente el dialogo fue el siguiente:
– Patri muéstraselo a Leo, para saber si es que Lucy, tú ahora, y yo, somos maracuchas por faramalleras y no porque se nos nubla la mente.
– Somos faramalleras, o este maracucho es insensible!
– Lo sospechaba, ellos tienen la partida de nacimiento sellada en el pecho, nosotras solo fuimos embaucadas y sucumbimos al embrujo del Catatumbo. Mis dos hermanos nacieron, solo nacieron en Maracaibo, en el Saladillo, y ni se inmutan, porque saben que nadie les roba el marabino.

Mi mamá, la Carioca, que fue a Maracaibo a parir a esos dos, no puede oír una gaita porque se emociona hasta las lágrimas.
Lucy discrepó, alegando que conoce muchos maracuchos que se les agua el guarapo. Y no es que este dudando de las emociones del maracucho, pero no se amilanan así tan fácil.
Patri me apoyó y aclaré que la próxima vez que nos reuniéramos nos caeríamos a gaitas, asegurando que la cuarta de nosotras, Marve, se nos uniría por solidaridad. Todas apoyaron la moción, Lucy acotó que la indiferencia de los auténticos maracuchos era el efecto de mucho tiempo con apagones eléctricos, los había atrofiado. Lucy es de las que siempre ve el vaso medio lleno, es apasionada por el Zulia y su gente y en su última visita a Maracaibo confesó que vio una ciudad sin brillo.
Lo que quería demostrar es que los locales de la tierra del sol amada, nos utilizan, a los faramalleros embrujados, para multiplicar y divulgar su estirpe. Al punto que yo les entregué a mi hijo, y estoy segura que a Melanie la están trabajando. Melanie es la sobrina de Lucy, que ahora vive y estudia en Maracaibo.
Lucy concordó con mi teoría, confirmando el encanto de la zona y la gente. No hay manera de no sucumbir.
Patri – Enamora, eso es indudable.
Sonia- Los maracuchos son otra cosa. Y ojo, son selectivos, pero no lo dejan aflorar.
Patri- Además es fascinante esa seguridad que da el ser de una República independiente
Sonia – Tienen esa garantía, que les da superpoderes.
Patri – Jajajajajajaja efectivamente
Ser maracucho es otro nivel.
Les dejo el video de las faramalleras.
Sonia María